13/02/2013 riverasma_14aprevacomp.
En una situación de aprendizaje los
“puentes cognitivos”, entre lo que el sujeto ya conoce para llegar a lo que
necesita conocer, los aplicamos en actividades previas, es decir la indagación
de los saberes de los niños y las niñas, a través de preguntas, diálogo e
intercambio de ideas; donde además podemos obtener información valiosa que
permite incluir un material introductorio, que marcará el inicio para la
integración de los conocimientos nuevos.
Estas ideas que se fundamentan en
el constructivismo, aunque son relativamente novedosas en los programas de
preescolar vigente, ya eran aplicadas de alguna manera en las secuencias
didácticas porque necesariamente había un inicio, un desarrollo y un fin,
aunque como el texto menciona, efectivamente se hablaba únicamente de la
participación activa del sujeto que aprende, pero suponía modificaciones en la actuación del
docente, no era tan cuestionado el docente.
El proceso activo y personal del
alumno, como requisito fundamental para el “aprendizaje significativo” según
Ausubel, donde interviene además de la voluntad sus recursos cognitivos,
considero que es fundamental en este proceso, porque sin esta condición
difícilmente se da, como lo vemos con frecuencia en nuestros grupos; si lo que
intentamos que aprendan no tiene sentido, pierden interés y muestran apatía y
busca dedicarse a otra cosa que le llame más la atención. Por lo tanto estoy de
acuerdo con el autor cuando nos menciona como algunos de los elementos básicos
la actitud activa tanto del mediador como del alumno.
Es ciertos que mucho de habla
acerca de tomar en cuenta el contexto que rodea al alumno y que los aprendizajes
se propicie a partir de él, sin embargo el autor menciona la necesidad de que
las estrategias para la formación de competencias logren abordar los problemas
y su tratamiento mediante una articulación de la teoría con la práctica en la
realización de proyectos, aprendizajes basados en problemas, estudios de caso,
aprendizaje “in situ”, con las TIC, sirviendo, simulación, investigar con
tutoría, aprendizaje cooperativo y con mapas y da sugerencias útiles, que
propician la reflexión y que me parecen muy útiles en nuestra práctica y hace
énfasis en nuestro compromiso.
La evaluación de las competencias
hace referencia según el texto a “un proceso continuo que se hace a medida que se llevan a cabo las
actividades de aprendizaje” y refiere que la evaluación no está al final, sino
en forma paralela a la planificación, pero no debe realizarse por separado sino
como parte de ellas y sugiere que se
busquen estrategias que tengan como base el desempeño y valorar las
competencias que permiten al docente una retroalimentación para mejorar la calidad
de los procesos didácticos, con lo que podemos detectar dificultades, además
desde este enfoque se han de integrar lo cuantitativo y lo cualitativo.
Una de las dificultades con las que considero
enfrentamos lo docentes consiste en lograr una evaluación que reúna estos
elementos y que contenga el principio fundamental de continuidad, al menos en
mi práctica he observado que muchas veces no logramos conseguir que sea con
mayor apego a la realidad, porque o no hacemos usos de los instrumentos
adecuados o no reunimos todas las evidencias y las incluimos en los expedientes
o esta tarea la consideramos “engorrosa”.
Las educadoras tenemos mucho que
analizar sobre las concepciones que tenemos acerca del aprendizaje y la
evaluación en nuestra práctica docente ya que es necesario comprender que
nuestros alumnos tienen ritmos y estilos de aprendizaje diferentes y nuestra
tarea es actuar en consecuencia, procurando cumplir adecuadamente con los propósitos
didácticos.
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